Categories: Español, HomiliesPublished On: June 8th, 2021Tags: , , 436 words13.2 min read
De vuelta a las minas de sal
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Queridas hermanas y hermanos. Las lecturas de hoy se pueden encontrar aquí:

De vuelta a las minas de sal

La sal y la luz son los temas del evangelio de hoy.  Debemos añadir sabor al mundo que nos rodea y traer luz a un mundo oscuro.  Grandes ejemplos.  Tuve la oportunidad de visitar las minas de sal en Polonia.  Son famosos por las esculturas talladas en roca y paredes de la mina.  Hay incluso un gran salón que encajaría fácilmente en la iglesia de San José dentro de sus murallas.  Los mineros tallaron todo tipo de figuras religiosas, un altar para ser utilizado para misa, e incluso colocaron imágenes de sí mismos en la talla de las figuras en estos murales de roca.  Trabajo fascinante y excepcionalmente hermoso.  Aún más impresionante, habrían hecho estas tallas después de trabajar quince o dieciséis horas al día.  Diríamos en su «tiempo libre.»  La minería es un trabajo sucio y peligroso.  Y sólo habrían usado velas y lámparas de aceite para ver lo que estaban haciendo.  Se perdieron muchas vidas.

Para ir más allá de sólo añadir sabor a nuestras vidas a nuestro alrededor, tal vez deberíamos considerar el ejemplo que nos dieron los mineros.  Día tras día, hicieron la misma cosa.  Estoy seguro de que refunfuñaron y se quejaron.  La paga no era bueno, la comida siempre sabía como demasiada sal, y no había tiempo para limpiar realmente.  Pero eso no les impidió compartir el evangelio.  El hecho de tallar las imágenes significaba que en la parte más profunda de sus corazones creyeron, creyeron en Dios y en una vida eterna con Él.  Los mineros querían glorificar a Dios por su trabajo, no sólo la minería, sino también por sus bellas obras de arte.  Ellos usaron el único lienzo disponible para ellos, paredes de roca.  Debería darnos una pausa para pensar.  ¿Qué está disponible para nosotros?  ¿Cuál es nuestro lienzo?  ¿Cómo contaremos el mensaje del evangelio con lo que tenemos?  Se puede hacer.  Usted puede hacerlo.  No necesita un martillo y un cincel, pero si eso es lo que tiene, comience hoy.  Las semillas que planta hoy llevan abajo a muchas generaciones.  O tal vez usted es el que hace el riego.  En cualquier caso, su luz brillará para siempre.

Que el Señor os bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén