Categories: Español, HomiliesPublished On: July 11th, 2021Tags: , , 524 words15.9 min read
La misión que se nos da

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Queridas hermanas y hermanos. Las lecturas de hoy se pueden encontrar aquí:

La misión que se nos da

Muchas personas no saben mucho de Amós, el profeta.  Amós fue elegido por Dios setecientos cincuenta años antes de Jesús.  Vivió cerca de Belén, pero Dios le dijo que fuera a Betel.  Israel estaba en un período de paz, y algunas personas se enriquecían mientras los pobres sufrían inmensamente.  Amós dijo al sacerdote Amasías y al rey que pecaban a los ojos de Dios.  Si no se detuvieran, serían destruidos.  Amasías no escuchaba y afirmó que Amós era un falso profeta.  Amós dijo que cultivaba árboles de sicómoro y que era un pastor de ganado y que nunca había sido un profeta, pero que Dios le dijo que avisara al rey.  Un árbol de sicamore es como un árbol de higueras, pero el fruto no es tan dulce.  La madera de un árbol de sicómoro es buena para hacer ataúdes.  Desafortunadamente, Amasías no escucha, y él y el rey son asesinados.  Amós fue dada una misión por Dios, una misión importante.  Aún hoy, Dios le da a cada persona una misión.  ¿Respondemos?

El mensaje del Evangelio es: Jesús dio una misión a los Doce.  Es importante que puedan moverse rápidamente, por lo que se les dice que no tomen nada con ellos, sólo sandalias y un bastón para caminar.  Ellos deben predicar el arrepentimiento, sanar a los enfermos, y expulsar a los demonios.  Se supone que los misioneros se dan cuenta de que Dios está eligiendo trabajar a través de ellos.  Por lo tanto, deben tener total dependencia de Dios y no ser distraídos por cosas materiales.  Jesús les enseñó qué decir y qué hacer.  Jesús también les enseñó cómo ser entusiastas acerca de su misión.  Ellos iban a salir y salvar almas y reconciliarlas con Dios.  Se trata de una labor importante.

En la segunda lectura se nos dice que estamos sellados con el don del Espíritu Santo para tener el valor y la fuerza para aceptar esta misión y, con gran emoción, llevar el mensaje de Jesús a todas las personas.  La Iglesia ha etiquetado a todos los bautizados como misioneros.  Y no es tanto predicar o lo que hacemos, sino es en compartir los tiempos alegres de nuestras vidas.  Por ejemplo, el nacimiento de un nuevo bebé, una pareja que se casa, graduándose de la escuela, y muchos más.  Todos estos son momentos de gozo, y cada uno es una bendición de Dios.  Como misioneros sólo necesitamos compartir estos momentos unos con otros y celebrar las bendiciones que Dios nos da.  No estamos llamados a ser predicadores profesionales, sino personas auténticas y sinceras que creen en Dios.  Esa es nuestra misión.

Que el Señor os bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén