Así es como es
Hay dos parábolas hoy. La primera es la versión “así es como es,” la segunda,,“a que nos compararemos.” Jesús les habló en parábolas. Creo que hay dos razones para ello. Primero, Isaías había profetizado ochocientos años antes de Jesús que la gente tenía ojos pero no veía ni oídos que no podían oír. En otras palabras, eran obstinados y no querían ver ni oír. Jesús reconoció lo obstinada que era la gente de Su día. Jesús también sabía que hablar claramente crearía situaciones donde los líderes religiosos tomarían represalias y lo arrestarían antes de que Su hora llegase. Jesús necesitaba tiempo para enseñar a Sus seguidores, para que les explicara las cosas en privado.
Consideren ustedes la primera parábola. Así es como está en el reino de los cielos. Jesús enseñó a la gente y proclamó el mensaje del evangelio. Al principio, no entendieron. Tomaría tiempo abrir sus ojos y oídos para ver y escuchar el evangelio. Con tiempo e instrucción adicional, el reino comienza a crecer en sus corazones. Así como una semilla se planta en la tierra, así la semilla de la fe se alimenta, y crece en nuestros corazones. No entendemos cómo crece la semilla, ni entendemos cómo crece el reino de Dios. Por su propia voluntad, el reino sigue creciendo.
Considere la segunda parábola. Jesús compara el reino de Dios con la semilla de mostaza. Él llama a la semilla de mostaza la más pequeña de todas las semillas, pero incluso en el tiempo de Jesús había semillas más pequeñas, pero la semilla de mostaza era una referencia común para pequeña. Entonces Jesús menciona que crece en un árbol grande. Grande no es exactamente una descripción exacta, ya que los árboles de mostaza rara vez tienen más de diez pies de altura. ¿Qué está tratando Jesús de decirnos en esta parábola? Debemos pensar en la manera en que un agricultor habría pensado en el primer siglo. Primero, las plantas de mostaza son malas hierbas. Ningún granjero sembraría alguna vez una semilla de mostaza en un campo de grano. La planta de mostaza es muy invasiva. Se propagaría y ahogaría el grano bueno. Usted tendría un campo de plantas retorcidas donde incluso un animal pequeño no sería capaz de caminar a través. Sólo las aves podrían aterrizar en sus ramas. Creo que Jesús está comparando el reino de Dios con la planta de mostaza debido a su propiedad invasora. Mientras compartimos el mensaje del evangelio unos con otros, otros empiezan a compartir el mensaje. Pronto, se ha extendido como una planta invasora. No podemos verlo pasar. No podemos oír que esto suceda. Pero eventualmente el reino está presente a todos.
Ambas parábolas comparten cómo el reino de Dios crece silenciosamente y de tal manera que ni siquiera nos damos cuenta. Entonces nos sorprende ver cuánto ha crecido. Eso es parte de la parábola para hoy también. No estamos a cargo. Dios lo es. Tal vez nos gustaría que creciera más rápido. O tal vez desarrollaríamos un programa para hacerlo más eficiente. Podríamos ser lo suficientemente obstinados como para pensar que podríamos extender el reino de Dios mejor de lo que Dios puede. Para hacer eso, supongo que tendremos que cerrar nuestros ojos y nuestros oídos y endurecer nuestros corazones. ¿Es eso realmente lo que quiere usted?
Que el Señor os bendiga en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén